lunes, 22 de noviembre de 2010

El minero 34

Desde el principio pensé en el Minero 34, ese que alcanzó a salir.

Pensaba en su buena suerte, en que la vida le había dado otra oportunidad, y que salvándose en el momento preciso podía abrazar a su mujer, a sus hijos y volver a ver el sol.

Cuando se supo la noticia que todos, que los 33 mineros estaban vivos y se iniciaron las labores de rescate, volví a pensar en él, tratando de imaginar qué pasaba por su cabeza.

Sentí su alegría de saber que sus compañeros estaban vivos, y pensé que seguramente se ofreció voluntariamente para ayudar en el rescate.

Y cuando todo terminó felizmente, y el mundo entero miraba asombrado las caras de los que renacían de la tierra, y se sucedían los ofrecimientos, y llegaban las ofertas de viajes, de casas, de trabajos, de plata, y se multiplicaban los codazos por aparecer en las fotos con los mineros, volví a pensar en él.

Y ahora, creo que escribiré, no sé bien qué, un cuento, un relato, una crónica, cualquier cosa, con todo lo que me pasa con esto. Para contar la historia de ese Minero 34 y todos sus no regalos, sus no reconocimientos, sus no homenajes, su historia de siempre, a ese, el que alcanzó a salir.

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