martes, 7 de diciembre de 2010

kiero volver a ser un niño

Sólo es un día más. Un número cualquiera en el calendario que pasa desapercibido para todo el mundo. A menudo llueve, otras veces sale un tímido sol primaveral, y otras muchas, las nubes tapan un hermoso cielo azul. Pero el día en que nací, lucía un radiante e intenso sol.
Mi madre suele contarme, casi siempre a escondidas, susurrando en voz baja como si fuera un secreto, el día en que nací. Al parecer, después de que las enfermeras  me limpiaran y me vistieran, mi padre me cogió en brazos y me acercó a la ventana del hospital.
- Mira, hijo, en que día más bonito has nacido. Dijo clavando su pupila en la mía y mostrándome el mundo que ahí afuera me esperaba.
Daría lo que fuera por haber tenido por aquel entonces, en mi primer día de vida, uso de razón, para acordarme de aquel instante: la primera frase que mis oídos captaron, aunque no entendieran nada. Siento algo parecido cada 21 de Diciembre, supongo que no tan sobrecogedor como aquel instante, cuando mi madre me relata con una sonrisa y unos emotivos ojos, aquella escena.
Cada vez que escucho atento sus palabras, añoro aquellos tiempos de mi niñez en los que aún no me daba vergüenza darle un abrazo. A veces imagino sus arropadores brazos rodeando mi cuerpo. Vuelvo a ser el niño que fui cuando esa bonita imagen se proyecta en mi mente.

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