lunes, 6 de diciembre de 2010

perdido en el metro

Una de mis aficiones favoritas cuando llega el fin de semana es perderme por el metro. Mientras la gran mayoría de adolescentes de mi edad están metidos en salas a oscuras con música a todo trapo y gente enseñando el ombligo y lospiercing que se ponen por el cuerpo, yo me subo en el metro y me pierdo por sus transbordos. Como un vagabundo solitario que si tiene casa, pero no hogar, y que cada viernes termina refugiado en ese medio de transporte aparentemente lleno de gente, pero en realidad tan solitario como cada uno de sus viajeros.
Cuando estoy dentro del vagón cierro los ojos. Pienso un número al azar, los vuelvo a abrir y cuento tantas estaciones como necesite para llegar al número citado. Y así espero, hasta que llego a mi desconocido destino y me bajo del vagón, hasta que llego a una estación de la que, normalmente, sólo conozco el nombre de oídas y en la que nunca he estado. Si por el contrario, ya conozco la estación, o algún día he caído ya en ella, repito la acción hasta que consigo llegar a otra estación en la que no he puesto los pies.

Cuando subes las escaleras del metro, y tus zapatos pisan alguna colilla o panfleto de publicidad que comprende la escenografía de tu nuevo destino desconocido, comienzas a entender que ya estás en otro mundo. Da igual que sea limache, viña, valpo. Si te dijeran que estás en cualquier otra ciudad o país del mundo, no caerías en la cuenta de que estás en tu ciudad de toda la vida. Por eso, para mí, esos lugares en los que nunca he estado, y de los que no conozco nada, aunque sean parte de mi ciudad, son como una visita turística a un lugar desconocido.
Suelo frecuentar las calles del desconocido lugar en donde acabo de caer. Me meto por sus callejones, rincones, parques… siempre observándolo todo. Según voy andando, me voy fijando con especial detalle en cada cosa. Como si estuviera observando un cuadro de Van Gogh. Pero siempre, algo que mi vista no reconoce porque jamás ha tenido el placer de ver. Algo completamente nuevo para mí.


No hay comentarios: